31 de enero de 2011

AALTO 2007 D.O Ribera del Duero

Para acompañar unas paletillas de cordero lechal perfectamente cocinadas por dos profesionales de los fogones (Mari y David) el elegido fue este AALTO 2007 de Ribera del Duero, al que le precedía un ensalzamiento colectivo en todos los foros, por eso de que en 2007 no se ha elaborado el PS y por tanto su uva se ha destinado al AALTO, además de los 95 puntos Parker, 93 Peñin, ... y sumado a un precio atractivo de 27 euros si se tiene en cuenta su carta de presentación... Era, presumiblemente, el elegido perfecto, ¿lo fue?

Empezaremos por el aspecto visual, donde apreciamos un color rojo picota sin brillo, con un ribete en la misma tonalidad pero obviamente más degradado. La capa es media-alta (tirando más a alta que a media). Lágrima abundante, junta y de desplazamiento perezoso (14,5º) con poca tinción de la copa.

La nariz se presentaba muy cerrada (decantado), las horas sucesivas de oxigenación no paliaron esa nariz indefinida, hermética, eso si de una finura, elegancia y sutileza extrema, tan sutil que apenas se intuyen dentro de esa elegancia, tenues notas de fruta roja, toques vegetales en la línea del pimiento verde e incluso, según Anna, un recuerdo a Citronela (Olor, por cierto, utilizado para repeler a los mosquitos) y finalmente  presencia de notas de crianza, en la gama de los tostados.
Por si no se deduce de lo escrito, en nariz, un fiasco.

En boca es otra cosa, es un muy "rico", no es complejo, pero es muy agradable y tiene hechuras de gran vino.
Tanino sedoso, envolvente, muy sabroso, unido a una acidez excelente y equilibrada con el conjunto. Post-gusto medio.
En boca aparece, con más intensidad que en nariz, la fruta roja, chocolate y notas de crianza que apuntan a los tostados, al igual que en nariz.

Contestando a la pregunta de si fue o no el elegido perfecto, pues bien, el vino no esta mal, pero las expectativas creadas y el precio, desembocan en un rotundo no.

Todo esto nos llevo una vez más, a la ya habitual reflexión, sobre como pesa el nombre Ribera del Duero y Rioja a la hora de ser valorado por expertos y como pesa en el precio final.
Que grandes vinos podemos encontrar  por 15-30 euros en cualquier D.O de Catalunya (exceptuando quizás el Priorat), Aragón, todo el levante, comarca del Bierzo, etc... con los cuales difícilmente podrá sacar pecho ningún Ribera o Rioja de la misma franja de precios e incluso superiores. (Seguro hay excepciones, las buscaremos, pero en alguna cata de las que organizan las diferentes bodegas y enotecas, en las que el bolsillo no se resiente)
Sirva de ejemplo, en la misma franja de precios, un Cadac 2005 (D.O Empordà) se impone claramente a  este AALTO 2007, perdón, no se impone, lo humilla (ojo, es una apreciación subjetiva, claro)

De todos modos, fue una agradable compañia para las exquisitas paletillas de cordero lechal.





12 de enero de 2011

CLOS MARTINET 2004, D.O.Q PRIORAT

Esperábamos poder decir que gran vino, o presuponíamos que sería un gran vino, (así hablan de el los "entendidos") pero después de probarlo se ha quedado en un buen vino, que no es poco, pero...

Un vino de 10 en boca, pero con una nariz excesivamente tímida en su expresión frutal. Fruta que empezó a expresarse con más soltura a partir de la tercera hora de oxigenación, quizás, más debido a una reducción de los aromas terciarios, que no a un incremento de la expresión frutal.
Esa falta de fruta en nariz ha sido una decepción, que sin duda penaliza la valoración de este vino.

Bueno al grano, ficha de cata: (40% Garnacha, 20% Carinyena, 20% C.Sauvignon, 20% Syrah, 21 meses en barrica)

Presenta una lágrima densa, sumamente lenta y junta, que por supuesto tiñe las paredes de la copa.
Capa media-alta, color entre rojo picota y granatoso, con ribete virando a tonos más granates.

A copa parada, después de 1 hora de decantación,  destaca claramente la mineralidad, por encima de la cual quiere aparecer una tímida fruta negra madura, pero que no acaba de deleitarnos con su presencia, y  finalmente unos agradables recuerdos a olivada (negra).

Agitando la copa, se acentúa aún más la magnífica mineralidad (preludio de lo que será en boca), sobre la que aparecen, por orden de intensidad, notas de sotobosque mediterráneo (romero), tostados (café) y un poquito de fruta negra (haciendo un gran esfuerzo por encontrarla)

En boca se cumplen las expectativas depositadas en el vino. El tanino esta en un punto de madurez óptimo, es sedoso, envolvente, llena la boca (carnoso). A este magnífico tanino se le une una mineralidad muy marcada (fantástica) que deja paso a un final, ahora si, afrutado.

Con el paso de las horas se le unen notas mentoladas y torrefactas, que lo hacen todavía más espectacular.
En boca no se le pueden poner peros a este vino, invita a beberlo más que a olerlo, lástima de esto último.

En definitiva un vino del que hay que destacar una magnífica mineralidad (como se esperaba) en harmonía con una sensación táctil perfecta (tanino) y una decepcionante ausencia de fruta.

De un vino de esta categoría y del Priorat, se espera por encima de todo, mineralidad y fruta en abundancia.


Salut! y hasta el próximo.