22 de julio de 2013

Viña Grandiella 2012, D.O.P. Vino de Cangas


Procedente del Principado de Asturias y de la mano de un buen amigo, nos llega este Albarín Blanco de Cangas de Narcea.

Una Región marcada por la actividad minera, en pleno retroceso hacia la desaparición, con una apuesta de futuro que mira hacia el sector turístico.

Ingredientes no faltan para que esta sea una apuesta ganadora. Un entorno de exuberante naturaleza y espacios protegidos, un sector cárnico de reconocido valor, a los que se unen una oferta de productos gastronómicos típicos de la tierra como el queso, la sidra y un sector del vino resurgiendo con elaboraciones artesanales de calidad.

Cangas de Narcea cuenta con el valor añadido que supone elaborar vinos "únicos" procedentes de variedades autóctonas de la zona como son el Albarín blanco, Albarín negro, Carrasquín y Verdejo negro. En la actual situación del sector no es poca cosa...
Sin duda, el enoturismo de la región es un argumento importante para acercarse a ella. Solo falta darle visibilidad y difusión, es cuestión de iniciativa y recursos.


Vayamos al vino:

Este Viña Grandiella, sorprende por una inesperada generosidad frutal, conjugada con una esperada y atlántica frescura. Un conjunto al que se une una cierta mineralidad que completa un magnífico vino de montaña.

En detalle, nos muestra un color amarillo pajizo algo subido o dorado.

En nariz nos ofrece amplitud de registros, fruta blanca (pera-melocotón), hierbas aromáticas, notas florales y esa actualmente discutida "sensación mineral" procedente de los suelos pizarrosos sobre los que crece el viñedo.

En boca se muestra afrutado, fresco, estructurado con notable volumen (corta crianza sobre lías). Vuelven los recuerdos herbáceos encontrados en nariz, que lo dotan de un final largo y persistente.

Resumiendo un vino muy recomendable, con un precio de 8-9 € y una bodega, Monasterio de Corias, que hay que seguir.


14 de julio de 2013

Hablando de bloggers, influencers, vinos verdes y un Tres Picos 2010.



A principios de año el Tres Picos 2010 fue declarado vino del año 2012 por parte de la revista “Sommelier Journal”.      
Se alzó con tal distinción después de enfrentarse en una cata a ciegas con otros 158 vinos procedentes de todo el mundo. (Hablamos de vinos que se venden en EEUU).

Hace aproximadamente un año pude catar este 2010 y la verdad es que me pareció que estaba algo verde, le faltaba botella para estar a la altura del recuerdo que guardaba de otras añadas.

Un año después, el Tres Picos 2010, si es la garnacha que me enamoró hace años, cuando todavía iba en pañales enológicos. (Actualmente estoy en plena adolescencia enológica así que cojan con pinzas todo lo que escribo).



Es decir que como en muchos otros casos, se está comercializando demasiado pronto, vinos que necesitarían algo más de tiempo en botella para dar lo que se espera de ellos.
¿El motivo? Quizás la presión de las distribuidoras por comercializar, lo antes posible, vinos que les reportan jugosas ganancias. ¿Quizás?
Distribuidoras que a su vez controlan la poderosa maquinaria de marketing/influencers, que explican las buenas críticas que reciben algunos vinos que se lanzan prematuramente al mercado y que están lejos de dar lo que se espera de ellos o lo que la crítica cuenta de ellos.
Todo un mundo coordinado al que se pliegan “algunas” bodegas, por que lo económico prima, lo mueve todo.

Hasta aquí ninguna novedad, el mundo del vino está tan podrido o tan impoluto como cualquier otro en el que exista una faceta comercial.
Se trata pues de no caer en engaños, conocer quién es quién en el mundo del vino (se aprende…) y actuar en consecuencia.

Dicen que los blogueros han hecho mucho daño al mundo del vino, no lo sé, pero lo que sí sé con seguridad es que, "ese reducido grupo de personas identificadas, por el público en general, como voces autorizadas y con criterio dentro del mundo vitivinícola", han sido responsables de grandes decepciones en inocentes consumidores (me incluyo) que se han acercado a determinados vinos con unas expectativas que después de probar el producto se han visto ampliamente defraudadas. (Expectativas generadas por esos/as tipos/as con “criterio”).

Por supuesto que desconozco políticas de comercialización del vino que nos ocupa, pero, subjetivamente puedo decir que el Tres Picos se comercializa prematuramente. ¿motivos? ...
(más flagrante me parece el caso del Borsao Selección 2012, que aprovechando el tirón Parker de su añada 2011, se comercializa, a mi juicio, en un momento en que “lo verde domina todo el vino”, juicio errado, seguro, no he leído ni una sola crítica en ese sentido, al contrario, el 2012 ya tiene alguna medallita y fabulosas críticas…, sin duda culpa de mi adolescencia enológica citada anteriormente.)

Al grano, ahora sí:


Un año después este Tres Picos 2010 está de miedo, una garnacha tremenda que hace honor a la fama de este vino de la DO Campo de Borja.

Colores y capa… es una garnacha de verdad así que me ahorro lo de las capas y colores.

Nariz elegante, amplia, excelente. Frutas del bosque, toques florales, especias, sotobosque, balsámicos y toque de regaliz (tostados). Nariz fresca.

En boca, delicioso. Fruta, regaliz, una acidez espectacular y un tacto sedoso. Largo.

Por el precio que tiene es un vino que todo amante del mundo vitivinícola debería probar alguna vez. Eh! que lo dice Neil Beckett y J.M. Bellver en el libro “1001 Vinos que hay que probar antes de morir”.

Aquí lo dejo, hasta el próximo vino, yo seguiré madurando.