22 de noviembre de 2011

Vall Llach 2005, DOQ Priorat.

Lluís Llach va compondre i va interpretar la banda sonora de l'època d'un País sotmès a la repressió i opressió del seu poble, perpetrada i dirigida per una dictadura militar. Època que ha quedat enrere, però que, malauradament, la seva banda sonora torna a tenir plena vigència en el moment actual (el mateix Lluís Llach remarca i lamenta això), moment en que la dictadura militar ha estat substituïda per la dictadura dels mercats (nom darrere del qual mantenen l'anonimat els mateixos de sempre però amb diferents armes i mètodes de repressió i opressió dels pobles)

Poc podia imaginar Lluís Llach, que 30 anys després del seu primer concert (22 de Març de 1967 a Terrassa), a l'any 1998, faria la primera verema de les vinyes del seu propi celler, i molt menys, que els seus vins tinguessin la mateixa  capacitat d'emocionar que la seva música, així com la mateixa admiració i reconeixement que les seves cançons.

Bé, aquest Vall Llach 2005 va ser tastat el dia 19 de Novembre, dia de reflexió previ a les eleccions que el 20-N van atorgar una amplia majoria al Partit Popular, com ja es preveia. Així que... si a la vigent banda sonora li faltava algun element que justifiqués la seva lletra i el missatge, ja el tenim aquí, es miri des de una perspectiva nacionalista, econòmica, política o social, tant se val, tothom hi trobarà a les cançons de Lluís Llach elements de protesta, denúncia, lluita i indignació aplicables, també, als temps en que vivim o intentem viure.

Aquest, és un Blog de vins, així que toca parlar de vi, en aquesta ocasió les circumstàncies del moment i el propi vi ens han portat per camins no habituals fins arribar, ara si, a parlar d'aquest magnífic Vall Llach 2005.

Abans de començar amb el vi, m'agradaria deixar constància del magnífic entorn en que vàrem tastar aquest vi. Teniem pendent la celebració de grans aconteixements passats, teniem els vins per fer-ho, només calia trobar el lloc adequat i el vam trobar, a Capolat (Berga) una magnífica casa rural en un immillorable entorn Casa Solanelles, al que cal afegir el tracte excel·lent que vam rebre dels seus propietaris, la Carme i el Joan.

Ara si, el vi:

El cupatge d'aquest 2005 està format per, 63% Carinyena, 24% Merlot i 13% Cabernet Sauvignon amb un pas de 14 mesos per bótes de roure francès.


Visualment presenta un brillant color cirera picota amb capa mitja-alta amb rivet propi de vins més joves. La llàgrima fa honor als 15,5º i a les bones maneres dels seus elaboradors, lenta, glicèrica i amb tinció de copa.

En nas li costa obrir-se, quan ho fa hi predomina una gran mineralitat acompanyada d'aromes intensos de fruita negra, en segon pla apareixen notes de regalèssia, balsàmics i més subtilment torrefactes i cedre.
Ens ha deixat una sensació de força continguda, no acaba d'expressar-se amb tota la força que té a dins, segurament l'ampolla, avui, no tenia el seu millor dia.

En boca és on trobem tota la potència i contundència que no ha arribat a expressar en nas, amb una estructura i complexitat extraordinària. Potència que no li resta una gran elegància en el seu pas per boca.
En aquesta extraordinària estructura trobem les notes aromàtiques que apreciàvem en nas.
Un vi elegant, però potent, amb sensació tàctil molt agradable, rodó en boca amb un post-gust llarguíssim.

Resumint, un dels grans vins del Priorat per aclamació general, que en aquesta ocasió ens mostra un posat més elegant en contraposició a la rusticitat d'altres, també grans, Priorats.

Fins al pròxim vi.




18 de julio de 2011

CLOS MANYETES 2001 vs CLOS MANYETES 2003 (DOQ Priorat)





Recientemente probamos un Clos Manyetes 2001, cortesía de David y justo un mes después de que, una parejita de bebés, decidieran que había llegado el momento de dejar de escuchar, desde el útero, a su padre hablando de vinos con un tal Nico, y que era hora de empezar a percibir esas sensaciones sensoriales de las que tanto habían oído hablar.
¿Explica esto que no durmieran a la hora que habitualmente lo hacían... que coincidía con la hora escogida para la cena?

Se da el caso de que para despedir 2010 y entrar en 2011 elegí un Clos Manyetes 2003, espectacular, del cual tenia pendiente publicar su ficha de cata, así que aprovecho la ocasión para hacerlo y de paso comparar las dos añadas.

 
Bueno vamos a los vinos, empezaremos por el aspecto visual:

El Clos Manyetes 2001 presenta un color cereza picota, capa alta, ribete degradado en tonos picota y una lágrima glicérica que tiñe la copa.
El CM 2003 tiene, curiosamente, tonos mas evolucionados, color granate-marronoso, ribete teja y lágrima abundante que tiñe la copa.

En nariz es donde se diferencian sustancialmente las dos añadas, siendo claramente superior el CM 2003, copio textualmente las notas que tomé:

  • CM 2003: Fresas, Frambuesas compotadas, violetas, Miel, café, tostados, balsámicos (sotobosque mediterráneo), menta, chocolate, mineral.
  • CM 2001: Fruta madura negra y roja, mineral, balsámico, sotobosque, roble (caja de tabaco).

Aparte de la enunciación sistemática, la sensación que deja el CM 2003 es impresionante, una potencia y amplitud aromática excelente, se hace difícil despegar la nariz de la copa.
En el CM 2001 predomina el fondo mineral sobre el que aparecen el resto de registros aromáticos. Buena nariz pero lejos de la del 2003.

En boca el CM 2003 vuelve a imponerse con claridad al CM 2001. Anotaciones:

  •  CM 2003: Entrada suave con gran final. Fruta con miel, café, mineral, tanino redondo (perfecto), goloso, postgusto largo. Llena la boca.
  • CM 2001: Mineral, balsámico, goloso, excelente acidez y equilibrio (redondo), elegante. Postgusto largo.

Resumiendo un poco, el CM 2003 es enorme en todos los aspectos, de lo mejor que he probado hasta la fecha junto a Clos Mogador.
En todos los registros se expresa generosamente, sin matices.
Fue el acompañamiento perfecto de un costillar de ternera al horno, pero es un vino que se puede degustar solo, sin más.

El CM 2001, es un buen vino, menos expresivo, que necesita algo de tiempo de oxigenación para expresarse (30 minutos) y cuando lo hace se muestra mineral y frutal con una buena estructura en boca, pero falto de potencia. Quizás este en ese momento de letargo, por el que pasan algunos prioratos (dicen), después del cual ha de despertar para dar lo mejor de sí, o por el contrario nos encontramos ante la fase de declive expresiva en favor de una mayor sutileza y elegancia.

Para el recuerdo queda, pués, este Clos Manyetas 2001, como el primer vino que compartimos en compañia de los dos peques recién llegados, que supieron marcarnos el timing preciso de degustación de cada copa.

P.D: Maridaje musical, Lump Sum de Bon Iver (Álbum For Emma)





25 de mayo de 2011

FINCA DOFÍ 2001 D.O.Q PRIORAT (cont. Dofí 2008)




Retomando el hilo iniciado en la entrada Finca Dofí 2008, en la que cuestionábamos el dogma impuesto por los expertos, acerca de que los prioratos (tipo Dofí, Mogador,...) para llegar a dar lo mejor de si, necesitan pasar varios años en botella, tachando de insensatez lo contrario, afirmamos que no estamos de acuerdo.

A partir de lo que uno espera de un determinado vino, que es lo que desea encontrarse, etc...se decide si debe disfrutarlo en su juventud o largamente evolucionado en botella (sin dejar de banda la opción del termino medio, claro)
Sino, este mundo apasionante del vino, se va a parecer más a una especie de religión o sistema cerrado, que encaja bastante bien en la definición que E.Durkheim hace sobre eso, la religión, dentro de su obra Les Formes elementaires de la vie religieuse y que yo me permito adaptarla a lo que algunos sectores del mundo enológico pretenden ():

"se trata de un sistema solidario de creencias y prácticas relativas a cosas sagradas (léase vino), es decir, separadas, prohibidas; estas creencias y prácticas unen en una comunidad moral, llamada iglesia (aquí podríamos poner Verema.com, por ejemplo), a todos los que se adhieren"

Que nadie se sienta ofendido por la alusión a Verema.com, es a modo de ejemplo, además se trata de una magnífica comunidad de aficionados al vino, entre muchas otras, dentro de las cuales, algunos de sus integrantes transmiten una cierta imagen elitista de este mundo vinícola, de la cual nos desmarcamos y invitamos a todo el mundo a disfrutar del vino sin complejos y estereotipos prefijados. Aspecto, que por otra parte, contribuiría al aumento del consumo.

Punto y aparte, vamos al Dofí 2001:

Previamente decantado 2h 30min.
Visualmente nos encontramos que conserva el color rojo picota del 2008, el ribete muestra la evolución en botella, tirando a tonos teja. Capa alta, lágrima lenta-junta con tinción de copa.
En nariz encontramos fruta madura (negra y roja), orejones,  mineralidad discreta y un punto a tabaco.
A base de trabajar el vino en la copa, aparecen aromas de fruta licorosa y se incrementa la mineralidad.
En boca, podemos decir que tiene una entrada discreta, sobretodo si lo comparamos con el 2008.
La tanicidad es tenue con un punto secante, aparece algo de mineralidad, torrefactos-tostados y poco más.
El postgusto es largo, pero no eterno como en el 2008.

Podemos decir que, el 2001 en 2011, es un vino falto del carácter y la potencia que esperábamos de un Dofí, algunos dirán que elegante y aciertan, pero no nos acercamos al Priorat buscando elegancia... Elegancia que sin duda a adquirido con el paso de los años, en detrimiento del carácter y la potencia.
Para resumir, es un buen vino en relación a los 29 euros que ha costado, pero si lo hubiéramos adquirido a su precio habitual que se mueve entre los 60-80 euros... no diríamos lo mismo, y nos sentiríamos bastante defraudados.
Echamos en falta toda la potencia en cuanto a frutalidad y mineralidad, expresividad y amplitud en boca, que mostraba el 2008.

Al final es una cuestión de gustos, gustos que están por encima de esas reglas inviolables y no escritas a las que parece que hay que ceñirse para no ser señalado como "profano" en la materia.  

Y no mas, hasta el próximo vino.






3 de mayo de 2011

FINCA DOFÍ 2008, DOQ Priorat


Habrá quién nos tachará de infanticidas, asaltacunas y demás adjetivos relacionados con el consumo de un vino como este, recién salido al mercado, con tan poco tiempo en botella y cualificado por los entendidos etnocéntricos de este mundo enológico, como vino de guarda, al que el paso de los años lo transforman en un vino de una elegancia sublime, desprendido de toda su potencia aromática, de su rusticidad, de su tonalidad intensa, es decir, desprendido de todo aquello que nos gusta encontrar y que nos emociona de un vino.
Anotar que es el primer Dofí que tenemos el gusto de probar, el precio limita su consumo..., aunque en esta ocasión, el precio, 55 euros (muy por debajo de su precio habitual), fue el motivo que propicio su compra.


En su elaboración predominan la Garnacha y la Cabernet Sauvignon, con un pequeño porcentaje de Sirah y Merlot. El paso por barrica es de 18 meses.
Datos técnicos a parte, pasemos a intentar describir las características sensoriales que transmite este fantástico vino.

El rojo picota, su ribete magenta, su capa media alta y su lágrima lenta-junta que tiñe la copa son su presentación visual.

En nariz se despliegan ese conjunto de aromas, que el que escribe, desea encontrar en una copa de vino:
Se pasean aromas de fruta madura, cerezas, frambuesas, fresas y dentro de las frutas se nos cuelan unos matices de melocotón. Estos aromas no van solos, los guía una impresionante mineralidad adornada por balsámicos.
Este despliegue aromático llega a su máxima expresión a las 2h 30min de decantación, momento en el que se unen aromas torrefactos, café y cacao. (Nos quedamos cortos con una hora de decantación)
Solo añadir que estos aromas no afloran con elegancia y sutileza, no, aparecen con la intensidad y potencia que, al menos yo, busco en un Priorat.

En boca tiene una entrada potente, fabulosa, amplio, llena la boca, con la frutalidad encontrada en nariz y con una mineralidad impresionante.
A nivel tánico... va bien...
Igual que en nariz, en boca transmite potencia y buena estructura.
Solo añadir que tiene un posgusto eterno. Un vino enorme.



P.D: Me he topado con dos Finca Dofí 2001 a 29,95 Euros, meditaré si vale la pena gastárselos para reafirmar o revocar la teoría...

Hasta el próximo vino.




11 de marzo de 2011

Viña ardanza 2001 D.O.Q Rioja



Después de un largo periodo de tiempo, logramos reunirnos, de nuevo, los cuatro culpables de este blog.
La ocasión requería de algo que hiciera referencia a lo clásico, con insinuaciones a lo artesanal y si se quiere a aquellas cosas valiosas que se están perdiendo en aras de una modernidad a veces estúpida y superficial a la que todos contribuimos...
Bien, se trataba de pasar la tarde entre amigos, con un buen vino y en un escenario particular, el taller de forja del Amigo Fernando.
Así que, como decía, la forja (léase, valiosos oficios que se van perdiendo), requería un vino del estilo de este Rioja Clásico, de elaboración lenta y pausada, 36 meses en barrica, y unas atenciones y cuidados especiales, 1 trasiego cada 6 meses, y un estilo que va en contra de los nuevos gustos y tendencias, al igual que la forja.



Añadir que también contribuyeron a la elección de este vino, las reclamaciones que el Amigo, el Pibe Alejandro, hacia respecto a la ausencia de madera en los vinos que acostumbramos a catar, así que para madera, este Viña Ardanza.


Además, Fernando tenia preparado un lecho perfecto para este vino, de hierro y forjado al fuego con sus propias manos, todo artesanal, corte, remachado, moldeado,... todo pura fuerza humana, fuego, hierro y mucho cariño, no más.("corregíme" Fernando, vos sos el artista)

Entre copa y copa, asistimos a una clase magistral de forja, en torno al fuego de la fragua que nos calentaba en la fría y lluviosa tarde.

Bueno, hablemos del vino, diré, subscribiendo humildemente las palabras del Sommelier Josep Roca, que es un vino mas para beber, que para catar. Un vino en el que, la primera mirada, la primera sensación aromática y el primer trago, lo deja todo claro y expone todo lo que tiene, simple y directo, sin rodeos.

El color es el que cabía esperar de un rioja clásico con 36 meses en barrica, tono cereza-marronoso que se va degradando uniformemente hasta llegar al ribete, donde presenta un color teja limpio, incluso brillante.
La capa es baja, poca densidad, destacando la limpidez y brillo de su color.



Los aromas que primero se dejan ver son notas de fruta licorosa, naranja, o piel de naranja confitada, unido a unos claros aromas procedentes del paso por barrica, cedro, tabaco, caja de puros y una mezcla sensorial entre vainillas y cacao, mas un recuerdo, que intuíamos, a tierra húmeda o algo parecido... Un conjunto en que destaca la sensación a madera, y como sorpresa una intensidad alta a nivel aromático, lo esperábamos más sutil, menos intenso (prejuicios...)



En boca, una acidez sorprendente para el tiempo que ha pasado en barrica y después en botella, y que se corresponde con ese color brillante que presenta a nivel visual.

Siguiendo con la boca, paso ágil, nada tánico (esperábamos más tanicidad debido al largo tiempo en barrica, nos equivocamos... esto es más complejo de lo que pensábamos al probar nuestros primeros vinos...), sin un retorno retronasal muy aparente de los aromas presentes en nariz.

Resumiendo, un buen vino, buena muestra de lo que podemos encontrar en un Rioja clásico, a un precio accesible.

Al final, se nos echo la noche encima y todos cagando leches, perdón, a cenar con nuestras respectivas y queridas mujeres e hijos (alguno vive todavía en pecado, no es justo...)



27 de febrero de 2011

CLOS MOGADOR 2007 D.O.Q. Priorat



Partiendo de la premisa de que no solemos gastar grandes cantidades de dinero en una botella de vino, lo que no significa que no bebamos grandes vinos, eso si, claro, vinos sin padrinos llamados Parker, Peñines...
Bueno, eso, partiendo de la premisa inicial, gastarse 57 euros en un señor Clos Mogador 2007 (la añada es lo de menos, el éxito está asegurado) requiere escoger con mucha meditación el momento, el motivo (si no lo hay se inventa), el acompañamiento, el tiempo de decantación (complicado acertar a la primera y sin una clara referencia),...

Después de atar y coordinar agendas (somos gente muy ocupada, sobre todo el que escribe...), fijamos Lugar: Casa de los Asensio-Soler; Menú: Buenos quesos, embutidos, Foie, pa amb tomàquet (Gran acierto, el hecho de que no haya que sufrir porque la comida se enfría, permite deleitarse y explayarse en la degustación y disfrute de este enorme vino) y de postre un delicioso pastel de queso con mermelada de fresa elaborado por Mari y David (creo que por David menos) al que iba a acompañar una garnacha sobremadurada del Montsant (Étim)

La decisión del tiempo de decantación no fue fácil, busque opiniones, referencias, experiencias de otros,... pero no encontré nada convincente ni de fiar. Así que nos aventuramos a tomar una decisión conservadora, 1 h 30 min, que acabaron siendo dos horas (la añada es reciente, simplifica un poco las cosas). Pudimos comprobar que lo adecuado eran tres horas. A partir de la tercera hora el vino se mostraba enorme, creciendo y creciendo en cada copa que servíamos.

Bueno, hablemos del vino. Me niego a hacer una nota de cata típica, fase a fase, porque este vino no se lleva bien con las convencionalidades, es rústico, rebelde, se niega a quedarse con un registro fijo y lo va cambiando en cada copa, incluso crece dentro de cada copa cambiando los acentos y los matices.

Su color, amoratado, casi negro, con una capa altísima y un ribete morado, precioso, más propio de los Beaujolais nouveau que de un vino con 18 meses de crianza y más de dos años en botella.
La lágrima decora las paredes de la copa con unas aguas liláceas, mientras que al agitar la copa, el líquido se mueve tal si fuera un cuerpo sólido (sensación óptica provocada por la opacidad uniforme del líquido incluso en agitación)

Los aromas que desprende son extraordinarios y cambiantes con el paso de las horas: Prunas confitadas, tinta china, licorella, sotobosque mediterráneo, lavanda, violetas, vainillas, mermemelada de moras, fruta roja, menta, eucalipto, melocotón, albaricoque, ... dejó de expresar nuevos aromas por que se acabo el vino, ¡dramático! la próxima, formato magnum...

En boca, en un inicio, tanino secante que rápidamente se fue redondeando, pero lo justo para que fuera perfecto, unido a una marcada mineralidad (ideal) al que el tiempo de oxigenación le incorporo la fruta. A las 3 horas de decantación ya estaban todos juntos, el tanino perfecto, la mineralidad y la fruta, ¡que festival! al que se incorporaban matices de regaliz amargo, balsámicos, cacao,...con un pos gusto larguíiiiiisimo, como si cada uno de los ingredientes se fuera despidiendo lentamente de la boca, los últimos en irse, los mentolados, de hecho creo que no acabaron de irse hasta que los despedimos definitivamente con el arribo de un delicioso pastel de queso y mermelada de fresas.

Que gran vino, que gran velada, se la recordaremos en unos años a esos peques que todavía están haciendo la maloláctica y quien sabe si, a el o la, que podría estar macerando con los hollejos...,

Hasta el próximo Vino.





5 de febrero de 2011

QUICU FARGAS Reserva 2001, D.O Pla de Bages



Este vino es una de mis debilidades, al que le tengo un gran cariño, por el vino mismo y por la historia que rodea su descubrimiento.

Catado por primera vez con Fernando en el Catavins 2009 de Sabadell, donde nos causó una muy buena impresión, por calidad y por precio.
No pudimos adquirir ni una botella en aquella ocasión, no se podía pagar con tarjeta, Fernando y yo no teníamos ni un euro en el bolsillo...


Pero esta situación negativa se transformo en una positiva, ya que nos "obligó" a conocer el Celler y el autor del vino, con el que pudimos disfrutar de una mañana enriquecedora, (en pleno apogeo de nuestras inquietudes enológicas) donde asistimos a una clase de poda en plena viña y a la explicación de las particularidades que en este Celler se aplican en el proceso de vinificación, para acabar con una degustación de gran parte de sus vinos (chardonnay, C.Sauvignon-merlot y ull de llebre),  por cierto, gratuita. (Y no éramos pocos, Mari, Anna, Alejandro, David y el que maltrata la narrativa)

Puedo decir que este, y el resto de los vinos del Fargas-Fargas se ganaron mi aprecio en lo humano y en lo estrictamente enológico. Vinos honestos que reflejan el carácter del clima, suelo y entorno, pero también la personalidad y buen hacer de sus elaboradores.

Después de esta larga introducción, resumida a pesar de su extensión, (quedan historias en el tintero) pasemos a describir lo que se puede encontrar en este excelente Cabernet Sauvignon.

Anotar que la verema es manual y que el vino ha pasado por una crianza de 18 meses en barrica húngara y americana, con una producción de 7290 botellas. 

Bueno al grano:

Nos muestra un color rojo picota sin degradación, ribete virando hacia tonos teja, capa alta con una lagrima pequeña-junta-abundante y lenta con tinción de copa.
En nariz aparece la fruta roja muy madura (fresas licorosas, maceradas), con recuerdos a aromas relacionados con la piel de naranja e incluso melocotón, que traen a mi recuerdo olfativo la imagen de unas fresas maceradas en zumo de naranja.
La agitación de la copa muestra notas de cacao, café, tenues vainillas y unas pinceladas de típico sotobosque mediterráneo.
En boca encontramos la fruta en segundo plano, con predominio de las notas de crianza mencionadas en nariz, a las que se une algo de tabaco. A nivel tánico, este es sutil, agradable e incluso tirando a dulzón.

Destacaría de este vino el aspecto visual y su nariz de fruta muy madura (que algunos asocian a vinos ya algo cansados, no es el caso) y un paso por boca muy agradable. Además del precio de adquisición, 9-10 euros en el mismo Celler, que justifica decir que es un vino que vale más de lo que cuesta.



31 de enero de 2011

AALTO 2007 D.O Ribera del Duero

Para acompañar unas paletillas de cordero lechal perfectamente cocinadas por dos profesionales de los fogones (Mari y David) el elegido fue este AALTO 2007 de Ribera del Duero, al que le precedía un ensalzamiento colectivo en todos los foros, por eso de que en 2007 no se ha elaborado el PS y por tanto su uva se ha destinado al AALTO, además de los 95 puntos Parker, 93 Peñin, ... y sumado a un precio atractivo de 27 euros si se tiene en cuenta su carta de presentación... Era, presumiblemente, el elegido perfecto, ¿lo fue?

Empezaremos por el aspecto visual, donde apreciamos un color rojo picota sin brillo, con un ribete en la misma tonalidad pero obviamente más degradado. La capa es media-alta (tirando más a alta que a media). Lágrima abundante, junta y de desplazamiento perezoso (14,5º) con poca tinción de la copa.

La nariz se presentaba muy cerrada (decantado), las horas sucesivas de oxigenación no paliaron esa nariz indefinida, hermética, eso si de una finura, elegancia y sutileza extrema, tan sutil que apenas se intuyen dentro de esa elegancia, tenues notas de fruta roja, toques vegetales en la línea del pimiento verde e incluso, según Anna, un recuerdo a Citronela (Olor, por cierto, utilizado para repeler a los mosquitos) y finalmente  presencia de notas de crianza, en la gama de los tostados.
Por si no se deduce de lo escrito, en nariz, un fiasco.

En boca es otra cosa, es un muy "rico", no es complejo, pero es muy agradable y tiene hechuras de gran vino.
Tanino sedoso, envolvente, muy sabroso, unido a una acidez excelente y equilibrada con el conjunto. Post-gusto medio.
En boca aparece, con más intensidad que en nariz, la fruta roja, chocolate y notas de crianza que apuntan a los tostados, al igual que en nariz.

Contestando a la pregunta de si fue o no el elegido perfecto, pues bien, el vino no esta mal, pero las expectativas creadas y el precio, desembocan en un rotundo no.

Todo esto nos llevo una vez más, a la ya habitual reflexión, sobre como pesa el nombre Ribera del Duero y Rioja a la hora de ser valorado por expertos y como pesa en el precio final.
Que grandes vinos podemos encontrar  por 15-30 euros en cualquier D.O de Catalunya (exceptuando quizás el Priorat), Aragón, todo el levante, comarca del Bierzo, etc... con los cuales difícilmente podrá sacar pecho ningún Ribera o Rioja de la misma franja de precios e incluso superiores. (Seguro hay excepciones, las buscaremos, pero en alguna cata de las que organizan las diferentes bodegas y enotecas, en las que el bolsillo no se resiente)
Sirva de ejemplo, en la misma franja de precios, un Cadac 2005 (D.O Empordà) se impone claramente a  este AALTO 2007, perdón, no se impone, lo humilla (ojo, es una apreciación subjetiva, claro)

De todos modos, fue una agradable compañia para las exquisitas paletillas de cordero lechal.





12 de enero de 2011

CLOS MARTINET 2004, D.O.Q PRIORAT

Esperábamos poder decir que gran vino, o presuponíamos que sería un gran vino, (así hablan de el los "entendidos") pero después de probarlo se ha quedado en un buen vino, que no es poco, pero...

Un vino de 10 en boca, pero con una nariz excesivamente tímida en su expresión frutal. Fruta que empezó a expresarse con más soltura a partir de la tercera hora de oxigenación, quizás, más debido a una reducción de los aromas terciarios, que no a un incremento de la expresión frutal.
Esa falta de fruta en nariz ha sido una decepción, que sin duda penaliza la valoración de este vino.

Bueno al grano, ficha de cata: (40% Garnacha, 20% Carinyena, 20% C.Sauvignon, 20% Syrah, 21 meses en barrica)

Presenta una lágrima densa, sumamente lenta y junta, que por supuesto tiñe las paredes de la copa.
Capa media-alta, color entre rojo picota y granatoso, con ribete virando a tonos más granates.

A copa parada, después de 1 hora de decantación,  destaca claramente la mineralidad, por encima de la cual quiere aparecer una tímida fruta negra madura, pero que no acaba de deleitarnos con su presencia, y  finalmente unos agradables recuerdos a olivada (negra).

Agitando la copa, se acentúa aún más la magnífica mineralidad (preludio de lo que será en boca), sobre la que aparecen, por orden de intensidad, notas de sotobosque mediterráneo (romero), tostados (café) y un poquito de fruta negra (haciendo un gran esfuerzo por encontrarla)

En boca se cumplen las expectativas depositadas en el vino. El tanino esta en un punto de madurez óptimo, es sedoso, envolvente, llena la boca (carnoso). A este magnífico tanino se le une una mineralidad muy marcada (fantástica) que deja paso a un final, ahora si, afrutado.

Con el paso de las horas se le unen notas mentoladas y torrefactas, que lo hacen todavía más espectacular.
En boca no se le pueden poner peros a este vino, invita a beberlo más que a olerlo, lástima de esto último.

En definitiva un vino del que hay que destacar una magnífica mineralidad (como se esperaba) en harmonía con una sensación táctil perfecta (tanino) y una decepcionante ausencia de fruta.

De un vino de esta categoría y del Priorat, se espera por encima de todo, mineralidad y fruta en abundancia.


Salut! y hasta el próximo.