3 de febrero de 2014

CATOT 2010, Parc Natural de Sant Llorenç del Munt





Catot es el nombre de una pequeña parcela enclavada en pleno Parc Natural de Sant Llorenç del Munt, donde crecen cepas centenarias de la variedad Sumoll.

Es el legado de Ton Puig que gracias a Joan Pla, vecino de Mura, ha perdurado hasta nuestros dias, siendo precursor de la recuperación de la actividad vitivinícola que antaño tuvo gran importancia en la población de Mura.

Joan Pla no solo mantuvo activa la parcela del Catot, sino que plantó nuevas viñas que han fructificado en el proyecto Muradine (Viticultors de Mura SCP)






"Ton Puig cada mañana iba a la viña, con el saco a la espalda, una azada y un chapo. Sus pantalones de pana y una sonrisa en la cara. A sus ochenta y cinco años no fallaba nunca. La viña que cultivaba, la del Catot, era la última viña que quedaba en Mura, todo el mundo había abandonado las viñas que sólo medio siglo atrás habían sido tan importantes en la vida socio-económica del pueblo."
Fuente: Muradine.com


Catot 2010 es de aquellos vinos que hacen fácil entender la palabra tipicidad asociada a un vino. Eso de beberse un paisaje en una copa de vino... pués eso.

Se trata de un coupage de Merlot, Sumoll, Marselan y Ull de Llebre (Tempranillo) con un paso por barricas de tercer año de roble francés y de castaño (En su web no aparece el Castaño, pero si no me falla la memoria, no tome notas, me hablaron de él).

Con tal de optimizar recursos, las barricas de primer y segundo año se utilizan en los 3 meses de crianza del Catot blanco y a continuación, estas se utilizarán en la crianza de Catot negro.

Vamos al vino:

A la vista presenta un color rojo rubí de capa media, con lágrima que tiñe la copa.

En nariz, frambuesas en un entorno de flores azules y sotobosque mediterráneo. De fondo, ligeros tostados y balsámicos.

En boca fruta roja con cierta aspereza que refuerza ese dibujo de media montaña mediterránea.
Algunos verdores por pulir, a pesar de que la botella reposa 12 meses antes de salir al mercado.
Cuerpo medio, buen equilibrio alcohol-acidez y final largo.

Resumiendo, un vino con personalidad y honesto en la idea de respetar la expresión de un hábitat y un origen.

Como dicen en la web de la bodega, Ton Puig, que murió en el 2007, estaría orgulloso del resultado obtenido de las cepas que con tanto cariño el cuidó.