12 de diciembre de 2010

Château La Commanderie,Saint-Emilion Grand Cru 2001

En esta ocasión, gracias a Laure y Samu,  hemos podido, a parte de disfrutar de un buen vino de Burdeos, aprender un poquitín más sobre este mundo.
Un vino de corte completamente diferente a lo que estamos habituados y más en línea con los Riojas clásicos.

El coupage es el característico de la zona de Saint-Emilion, Merlot (80%) y Cabernet Franc (20%), con una crianza de 18 meses en barrica (50% nueva).

A primera vista y conforme va cayendo en la copa, va mostrando el tiempo que ha pasado en barrica y posteriormente en botella. Un color que no alcanzo a definir (granate-marronoso, chocolate...) pálido, sin brillo, y un ribete color teja muy definido.
Lágrima media, no excesivamente abundante, y lenta (tiñe la copa)

En nariz... es un perfume (increíble), nos ha enamorado su nariz, incluso a copa parada. Elegante, fragante, complejo,... un 10.


A copa parada aparece la fruta roja (frambuesas) y fruta no tan roja como los higos.
Una vez agitamos la copa, se despliegan los aromas secundarios y terciarios, el espectáculo está en su mejor momento, esos aromas se expresan en varias lineas que finalmente se funden en una sola, creando un maravilloso perfume.
Aparece, dejando en un segundo plano la fruta, tierra húmeda, cueros, tabaco (recuerda el olor de las cajitas de madera donde se guarda el tabaco de pipa) y un toque especiado (se comento curry).

En boca tiene una entrada muy suave, tanino muy domado y en perfecta harmonia con el conjunto, textura cremosa, combinada con unas notas de crianza, cuero y sobre todo tabaco, mucho tabaco (vino ideal para reconocer tabaco en un vino).
Post-gusto medio-largo.

En general nos ha sorprendido y gustado, a pesar de esa clara y dominante presencia de las notas de crianza, muy por encima de la fruta, que no hemos echado a faltar como suele pasar en estos casos.

Très bon, merci Laure i Samu.


10 de diciembre de 2010

Prat d'Egna Blanc 2009 (Chardonnay, Garnatxa Blanca), D.O. Empordà



Compañeros infieles, seguro sabrán perdonar este pequeño desliz por no haber compartido con ustedes este pequeño tesoro, pero tengan en cuenta la circunstancia atenuante de que, ya lo probamos juntos este verano pasado en Agullana ¿recuerdan?

La ocasión merecía un gran vino que debía ser blanco, quería agradecer a Anna que justo hoy, hace 11 años que me aguanta y 11 años que yo disfruto de su compañía.
Así que escogí esta joya que tenia bien guardada, y consciente de que era la última vez que disfrutaría de este vino, (solo se producen 800 botellas, y ya es practicamente imposible conseguirlo) procedimos a disfrutarlo y degustarlo con mucha calma. (bueno, calma relativa, un terremoto de dos años nos sacudía de vez en cuando).



Este magnífico vino tiene un color pálido entre dorado y pajizo, una densidad fantástica y unos aromas complejos que te enganchan la nariz a la copa.

A copa parada, manzana, mucha manzana (pero al horno) suave y dulzona.
Una vez movemos la copa y oxigenamos su contenido se despliegan aromas afrutados y frescos (Pera, piña), florales (tenues)  y otros más complejos, algunos de los cuales el olfato de Anna capta y yo, medio sugestionado, creo adivinar. Se trata de aromas a levaduras, bollería, chocolate blanco y llanega recién cogida (Che, según Anna)

Después de esta carta de presentación, no queda otra que probarlo.

Definición perfecta en boca, cremoso, untuoso, envolvente, pero fresco (con una acidez fantástica), ágil, nada pesado (aquí trabaja la garnacha blanca) y al final deja un toque cítrico (amargo) lo que le proporciona un post gusto medio-largo, más que correcto.

Un gran vino, artesanal, que expresa el cariño y la pasión con que se elabora. (Vale la pena visitar el pequeño Celler donde nace este vino y escuchar las apasionadas y interesantes explicaciones que da su ilusionado creador)
Añadir que este gran vino tiene una virtud más, su precio, 5 euros en el Celler y unos 8-9 euros en tiendas...

P.D: Prat D'Egna Merlot/Cabernet Sauvignon, el otro gran vino de este celler.



    

8 de diciembre de 2010

Mas Rodó, Merlot 2008


... después de varios intentos, involuntarios, de quemar los pimientos y el costillar de ternera que se cocinaba en el horno (che, culpa del Pibe), llegó el momento de descorchar la botella que nos iba a hacer compañía en esta ocasión (no iba a ser la única...), el Mas Rodó, Merlot 2008 D.O. Penedés.



De entrada presentaba un color rojo picota uniforme, ribete violáceo y capa alta. La lágrima delataba los 14,5º y la manera como teñía la copa hablaba de la mínima extracción a la que había sido sometida la materia prima. (Prometía)


Llego el momento de meter la nariz. A copa parada (algo cerrado al principio) fruta negra madura y mineralidad muy marcada.
Luego de darle unos meneos a la copa y algo de tiempo (deberíamos haberlo decantado) aparecieron notas de sotobosque mediterráneo con el terruño de fondo. Ya en los últimos suspiros del vino aparecieron algunas notas "vegetales", pimiento verde para algunos... (El alcohol empezaba a trabajar a nivel neurológico y lo confundía todo...)


Bien, después de toda esta liturgia llegó el momento de dejarse de tonterias y averiguar que tal se comportaba en boca. Aquí coincidimos todos en que perdía puntos, no por falta de calidad, sino por falta de botella (un año más de reposo solucionará el problema)
La entrada en boca es potente, como era de esperar, tanino verde por pulir todavía, aunque con cierta cremosidad/untuosidad (lácteos, bollería) con post gusto medio-largo acompañado de un toque amargo (frutos secos amargos, según uno de los paladares más experimentados del grupo) que le priva de esa redondez que se presume conseguirá con un tiempo de botella.


El hecho de habernos decepcionado un poco en boca, unido al hecho de que no quedaba ni gota de vino, provoco la apertura de otra botella, en este caso un fantástico Finca Malaveina 2006, del que daremos cuenta en otra ocasión.


Agradecimientos:
A nuestras mujeres por permitirnos esta escapada y las que vendrán...
A Mari por ese riquísimo pastel de queso que nos preparaste.
A Anna  por enseñarme como funciona el horno y dejarlo todo preparado para que el que escribe se limitara a darle al botón de encendido.


A Zapatero, a Rubalcaba, a los controladores aéreos, a los bancos,... que nos dieron líneas interesantes de tertulia