6 de diciembre de 2013

Pardelasses 2011, DOQ Priorat.



"El viñedo en la botella" podría definir la esencia y la valúa de este vino del familiar Celler Aixalà i Alcait (Torroja del Priorat).

Mínima intervención en el viñedo, manejado según criterios de agricultura ecológica y una fermentación con levaduras autóctonas, es ya una carta de presentación muy "excitante".
La experiencia de beber este vino no hace más que prolongar esa excitación inicial, guiándonos magistralmente en una placentera descripción de un determinado paraje prioratino con su particular climatología de añada.

Puro "Arte", ya sea por haber sabido conservar la esencia del fruto del viñedo o por haber tenido la habilidad de proporcionar el cauce adecuado para que el discurso descriptivo fluyera sin obstáculos.
Un goce que no será privativo por precio, su coste es de sólo 15-16 €. Ya quisieran algunos que le doblan en precio dar la mitad de lo que ofrece este vino.



Al vino:

Coupage de 50% Cariñena + 50% Garnacha, provenientes de viñas viejas situadas a 350-400 mts de altura.
La fermentación, espontánea, tiene lugar utilizando levaduras autóctonas, posterior crianza de 13 meses en roble francés y americano.

Después de su cata, queda claro que lo mejor de este vino está por llegar en los próximos años, no por ello, todo lo encontrado deja de ser completamente satisfactorio a la vez que prometedor.

Esto es lo encontrado:
(Decantación previa de 1:30h)

A la vista, el color denota juventud (ahí lo dejo, no soy amigo de descripciones cromáticas) con lágrima que tiñe la copa con una intensidad importante.

En nariz, aromas de cerezas, balsámicos, sotobosque muy aparente, ligero fondo de tostados y una sensación de cálida mineralidad. (Nos hace pensar en una añada cálida y seca, a la vez que nos hace intuir "costers" (terrazas) de solana).

En boca se muestra frutoso, algo desordenado en un inicio, al día siguiente de su obertura todo estaba más en su sitio, con una frutosidad sabrosa y láctea, mineralidad aparente, cálido pero no pesado, acidez buscando su sitio y taninos en proceso de integración.

Dejar una botella un par de años olvidada en el armario, será una buena idea.

Resumiendo: Un vino de verdad, auténtico y honesto. Chapeau!


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